El consumidor latinoamericano 2026: entre la inflación, lo aspiracional y la hiperdigitalización
Buenos Aires - A pocas días de comenzar 2026, el consumo en América Latina se mueve entre paradojas: hogares que ajustan gastos frente a la inflación mientras nichos de lujo aceleran; jóvenes que abrazan la segunda mano y la cultura del dupe, pero que también impulsan categorías premium de belleza y bienestar. En este escenario, marcas, diseñadores y retailers buscan anticipar qué esperar de una región marcada por volatilidad y transformación.
Hoy, el ecosistema de consumo está guiado por tres fuerzas: la incertidumbre económica, la hiperdigitalización y la redefinición cultural del valor.
Según la consultora Americas Market Intelligence (AMI), “9 de cada 10 consumidores latinoamericanos sienten preocupación por el aumento del costo de vida y se ven obligados a recortar gastos, olvidarse de sus marcas favoritas o cambiar a opciones más baratas”. Por otro lado, el avance digital continúa redefiniendo hábitos: un reporte de Kantar muestra que entre 2024 y 2025, las compras digitales de bienes de consumo en la región crecieron un 60 por ciento, frente a un 13 por ciento en tiendas físicas. Más de la mitad de los hogares en varios países ya utiliza siete o más canales digitales de compra.
En paralelo, los consumidores incorporan nuevas prioridades: localía, salud y bienestar emocional. Para AMI, este “cambio de prioridades” está alterando lo que significa valor en la región.
Un lujo más selectivo y más latinoamericano
La recuperación pospandemia dejó definidas dos dinámicas de consumo de lujo en la región. Por un lado, los compradores locales de altos ingresos, que buscan ediciones limitadas y servicios personalizados y que ya no dependen tanto del viaje al exterior para acceder a piezas exclusivas. El análisis de Luxonomy.net sobre el mercado latinoamericano de lujo sostiene que la región está “lista para formar parte del motor de crecimiento” global, con tasas de expansión por encima de varios mercados maduros.
Por otra parte, está el comprador intra-regional: consumidores que se desplazan entre países vecinos —por ejemplo, argentinos que viajan a Chile, brasileños que compran en Uruguay o peruanos que visitan Ciudad de México— con el objetivo de aprovechar diferencias de precio por impuestos, disponibilidad de surtido o beneficios aduaneros. Ello queda reflejado en el crecimiento del turismo de lujo y compras transfronterizas en LatAm, que reportan fuertes aumentos en “premium class arrivals” (llegadas de primera clase) para la región, según destaca el sitio tourismandsocietytt.com.
En este nuevo ciclo, el lujo no pierde su carga aspiracional, pero se vuelve más consciente. Según el informe de Bain & Company y Altagamma, el consumidor prioriza durabilidad, piezas atemporales y una atención ultra personalizada.
Generación Z: identidad, estrategia y estética
La Generación Z latinoamericana — unos 169 millones de jóvenes según AMI— concentra hoy buena parte del gasto juvenil de la región. Su consumo es híbrido: emocional, estético y atravesado por la realidad económica. En el informe “Tendencias del Consumidor Z en América Latina, 2025”, AMI destaca que el 55 por ciento busca productos originales que expresen su identidad, incluso cuando su presupuesto es limitado.
La cultura del dupe
Aunque no siempre mencionada en estudios regionales, la cultura del dupe aparece en la práctica diaria del consumo joven. DEBAT Magazine subraya que para la Gen Z, las “ofertas baratas y bonitas” son atractivas porque permiten participar de la conversación cultural sin grandes inversiones. Para ellos, los dupes no son falsificaciones: representan accesibilidad estética y una forma racional de gestionar la presión social digital.
Identidad y accesibilidad
La identidad sigue siendo central. El informe de Euromonitor sobre las cinco tendencias principales de consumo indica que los jóvenes valoran autenticidad, expresión y digitalidad. Sin embargo, la realidad económica los impulsa a una combinación estratégica: segunda mano, fast fashion, dupes, productos económicos y pequeños lujos como fragancias o skincare.
El consumidor inteligente en tiempos de inflación
El consumidor estratégico se extiende en la región, independientemente de la edad. La inflación y la abundancia de opciones digitales impulsan hábitos de comparación constante: apps de precios, buscadores online, revisión detallada de políticas de devolución y análisis del balance entre costo y durabilidad.
Desde AMI señalan que el foco ya no está solo en el precio más bajo, sino en el “valor real”. En mercados como México, Argentina o Brasil, eventos como Buen Fin, Hot Sale o Cyber Monday concentran buena parte de la compra planificada: una ecuación emocional-financiera donde se prioriza según objetivos (“si invierto en belleza, reduzco moda; si compro moda, busco cuotas; si no hay cuotas, espero descuentos”).
Nuevos hábitos del comprador digital
La madurez del e-commerce latinoamericano se acelera con nuevas expectativas:
Para los consumidores, la experiencia debe ser continua. En la región ya no se distingue entre mirar, probar, comprar o recibir: la integración entre canales se da por sentada.
Impulsadas por TikTok, Reels e Instagram Live, las compras directas desde contenido comienzan a consolidarse.
Las cuotas continúan siendo motor de conversión en países con alta inflación. El informe Consumer & Payments LatAm 2025 de AMI indica que los planes de pago, las cuotas y los wallets alternativos figuran entre los tres factores más valorados por el comprador online.
Los mercados de mayor crecimiento priorizan entregas exprés, puntos de recogida, lockers y devoluciones gratuitas o sin fricción como diferenciadores clave.
- Aspiración + inflación: ganan las propuestas que equilibren deseo y accesibilidad.
- La Gen Z marca agenda: exige autenticidad radical y una narrativa alineada con valores.
- El lujo se robustece: con compradores locales y circulación intra-regional.
- E-commerce evolucionado: velocidad, simplicidad y social commerce profesionalizado serán decisivos.
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