Los accionistas de Boohoo rechazan las maniobras de Frasers contra la directiva ¿Se acerca el final de la disputa corporativa?
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Los accionistas de Boohoo Group han votado en contra del nombramiento del fundador de Frasers Group, Mike Ashley, y de su director propuesto, Mike Lennon, para el consejo de administración del gigante de la moda rápida. La decisión se tomó durante una junta general convocada por Frasers, que había llevado a cabo una campaña para conseguir representación en medio de la caída de las ventas en Boohoo, cuya presencia en España se limita exclusivamente al comercio electrónico, ya que no cuenta con tiendas físicas en el país.
Las tensiones ya eran evidentes antes de que comenzara la reunión. Poco antes de su inicio, comenzaron a circular informes indicando que se había prohibido la asistencia de periodistas, reservando el espacio únicamente para los accionistas. Alrededor del 64 por ciento de los accionistas votaron en contra de los nombramientos de Ashley y Lennon, mientras que el 36 por ciento apoyó las propuestas. Algo más del 81 por ciento de los accionistas participaron en ambas votaciones. Al publicar los resultados, el recién nombrado presidente no ejecutivo de Boohoo, Tim Morris, agradeció a los accionistas en una declaración regulatoria, señalando que la empresa sigue centrada en la ejecución de su actual revisión empresarial. Por su parte, el CEO de Boohoo, Dan Finley, declaró que desde su nombramiento había “empezado con fuerza” y estaba “altamente motivado para aprovechar las importantes oportunidades” del negocio. Su comunicado continuó: “Sigo creyendo que este grupo está significativamente infravalorado. Nuestro trabajo más importante está por delante, y generaremos valor para todos los accionistas”.
Esto pone fin a un capítulo más de lo que ha sido una larga serie de desencuentros entre ambas empresas. Públicamente, Frasers expresó por primera vez su descontento con la estrategia de Boohoo en octubre; sin embargo, si las versiones de ambas partes son ciertas, las tensiones habían estado escalando mucho antes de que los medios e inversores se enteraran de lo que estaba ocurriendo. No obstante, fue en los últimos meses cuando el propietario de Sports Direct intensificó la presión sobre Boohoo y sus accionistas para destituir a la dirección actual en favor de Murray como nuevo líder. Boohoo rechazó todas las iniciativas en este sentido, lo que llevó a Frasers a convocar esta junta general, presionando nuevamente al gigante de la moda rápida para que accediera a sus demandas.
Finalmente, Boohoo cedió, aunque de manera limitada, acordando otorgar a Frasers un puesto en el consejo a cambio de ciertos compromisos, como garantizar que no perseguiría ninguna filial que Boohoo decidiera vender y mantener fuera de la toma de decisiones cualquier interés comercial relacionado con competidores en los que Frasers tenga participaciones. Frasers aceptó, pero únicamente bajo protocolos de gobernanza que consideró “estándar en el mercado”.
Un patrón de presión ante caídas financieras
Este comportamiento no es inusual para Frasers. La empresa ya es conocida por presionar a las juntas de compañías en las que tiene participaciones cuando enfrentan desafíos financieros. Ejemplos de ello han surgido incluso este año, tan recientes como en octubre, cuando Frasers presentó una oferta por Mulberry, una marca en la que poseía un 36,9 por ciento de participación en ese momento.
La oferta propuesta llegó en respuesta a los resultados financieros poco alentadores de Mulberry para el año fiscal 2024, cuando la empresa registró pérdidas y expresó preocupaciones sobre una incertidumbre material. Mulberry finalmente lanzó una ampliación de capital con el objetivo de recaudar 10 millones de libras, cuyos ingresos se destinarían a fortalecer el balance del grupo y proporcionar flexibilidad financiera. Esto, sin embargo, fue calificado como “totalmente insatisfactorio” por Frasers, que afirmó que, aunque había apoyado a la marca en el pasado, consideraba que era el “mejor administrador para devolver a Mulberry a la rentabilidad”.
Con esta postura, Frasers presentó una oferta de adquisición por 83 millones de libras para el capital social total emitido de Mulberry, afirmando que no aceptaría “otra situación como la de Debenhams, donde un negocio perfectamente viable termina en administración”. En esta declaración, Frasers hacía referencia a un caso de 2020, cuando Debenhams, un minorista en el que anteriormente tenía una participación de 180 millones de libras, se declaró en bancarrota, dejando sus acciones sin valor. Lo que siguió fue una batalla legal en la que Mike Ashley acusó a FRP Advisory de “obstruir la investigación sobre las operaciones” del minorista.
En el caso de Mulberry, sin embargo, la marca premium mantuvo su confianza en su propia estrategia, rechazando la oferta de Frasers un día después de su emisión. En su respuesta, emitida tras consultar con el accionista mayoritario Challice Limited (56,1 por ciento), afirmó que la oferta no reflejaba su potencial de valor futuro. Mulberry reafirmó su intención de recaudar capital, alegando que esta estrategia proporcionaría “una base sólida para ejecutar una recuperación”.
Frasers decidió entonces aumentar su participación en Mulberry, que cotiza en AIM, al 37,3 por ciento, pero posteriormente retiró su intento de adquisición después de que las tensiones crecieran entre el conglomerado minorista y la junta de Mulberry. En una declaración a la bolsa de valores, Frasers expresó preocupación por la gobernanza corporativa, haciendo referencia al acuerdo de suscripción de emergencia con Challice realizado en septiembre. La empresa añadió que, dado su importante porcentaje accionarial, “espera que la junta participe de manera positiva en la inclusión de un representante de Frasers en el consejo de Mulberry, una solicitud que se ha realizado en varias ocasiones recientemente”. Desde entonces, Mulberry ha llevado a cabo una reestructuración del negocio, con la supuesta eliminación de 85 puestos de trabajo.
Una historia similar ha comenzado a desarrollarse en Hugo Boss, donde esta semana se reveló que Michael Murray, CEO de Frasers Group, se postulará para formar parte del Consejo de Supervisión de la empresa alemana. En los últimos años, Frasers ha incrementado —y en ocasiones reducido— su participación en la marca premium como parte de sus esfuerzos por reposicionarse en este segmento, estrategia en la que también se incluye Mulberry. Al igual que la firma británica, Hugo Boss ha enfrentado un año complicado, reduciendo sus previsiones para el cierre del ejercicio anual en el segundo trimestre debido a lo que describió como "condiciones macroeconómicas y geopolíticas desafiantes" que afectaron la demanda de los consumidores. En un comunicado tras su nominación, Murray afirmó que esto estaba en línea con el "enorme respeto" de Frasers hacia Hugo Boss y su estrategia.
El motivo detrás del interés de Frasers y Murray en un puesto en el Consejo de Supervisión de Hugo Boss sigue sin confirmarse. Sin embargo, si la situación se desarrolla de manera similar a las operaciones del grupo con Mulberry, es probable que Frasers simplemente busque tener voz en cómo debe avanzar la marca para revertir las cifras de ventas en caída. Precisamente, este fue el eje central de sus esfuerzos para infiltrarse en el consejo de Boohoo, como lo evidencian las cartas abiertas, campañas de accionistas y presentaciones regulatorias realizadas por el grupo.
Tensiones por escisiones y recaudaciones de fondos
Al igual que Mulberry, el gigante de la moda rápida, que incluye marcas como Karen Millen, Boohoo y PrettyLittleThing, ha enfrentado dificultades para mejorar sus cifras de ventas en los últimos meses. En el ejercicio fiscal 2024, el GMV del grupo cayó un -13 por ciento, situándose en 1,8 millones de libras, mientras que los ingresos se redujeron un -17 por ciento, con una disminución del GMV en las marcas principales del -4 por ciento en la segunda mitad del año.
Cabe destacar que Frasers no es el único accionista que ha manifestado su impaciencia con las operaciones de Boohoo. El 2024 comenzó con una nueva ola de críticas por acusaciones de malas prácticas laborales entre los proveedores de Boohoo. Más adelante, los prestamistas se negaron a extender el plazo para una deuda de 75 millones de libras. En mayo, el grupo enfrentó una rebelión de los accionistas por las bonificaciones de los ejecutivos, que fueron propuestas a pesar de que Boohoo reportó pérdidas en el ejercicio fiscal 2024.
Aunque las bonificaciones fueron renunciadas tras las críticas, meses después comenzó a especularse sobre una posible escisión de las marcas que actualmente operan bajo el paraguas del Grupo Boohoo. Según The Times, Debenhams y Karen Millen estuvieron en el centro de estas discusiones, respaldadas por varios accionistas que sugerían separar las marcas "con mejor rendimiento", posiblemente indicando una creciente resistencia a los esfuerzos de Boohoo.
Pocas semanas después de este informe, el 16 de octubre, Boohoo publicó una Actualización de Negocios coincidiendo con la salida de su CEO, John Lyttle. En dicho informe, el grupo confirmó que estaba revisando opciones para cada una de sus divisiones, aunque no se detalló qué forma adoptaría esta estrategia. Lo que siguió fue una especie de enfrentamiento público entre Boohoo y Frasers, con ambas partes criticando abiertamente las prácticas del otro. La situación se intensificó cuando Boohoo anunció su intención de lanzar un plan de recaudación de fondos, que finalmente recaudó 39,3 millones de libras a través de un proceso que incluyó colocaciones, suscripciones y una oferta minorista.
Ahora, parece que nos encontramos cerca de la conclusión de este enfrentamiento, aunque queda por ver qué sucederá tras este resultado. ¿Optará Boohoo por escindir sus subsidiarias? ¿Continuará Frasers buscando mayor control? ¿Qué forma tomará el nuevo plan de recuperación de Boohoo? Estas son solo algunas de las preguntas que aún carecen de respuesta.
Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.COM, y posteriormente traducido del inglés al español usando una herramienta de inteligencia artificial.
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