Puig incumple objetivos y retrasa la compra de Charlotte Tilbury llevando a mínimos el valor de sus acciones
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Madrid – ¿Está incumpliendo Puig con los objetivos que se fijó para su salida a bolsa? Claramente sí, o al menos claramente sí, por el momento, tras anunciar la multinacional española de la perfumería, la moda y la belleza que retrasa la adquisición de la participación minoritaria de la firma cosmética Charlotte Tilbury que todavía está en manos de su fundadora, hasta el año 2031. Nueva fecha tope que se han decidido a fijar ambas partes para proceder a la venta total de la compañía a beneficio de Puig, después de que la compañía española prometiese justamente destinar a su compra buena parte de los nuevos recursos económicos a los que accedió con su salida a bolsa.
Poniéndonos brevemente en situación, era a fecha del 4 de junio de 2020, en plena pandemia por coronavirus, cuando desde Puig daban la sorpresa anunciando la adquisición de una participación mayoritaria de la compañía cosmética de origen británico Charlotte Tilbury. Una operación por la que, sin concretar para entonces ni porcentajes ni importes exactos, la compañía española pasaba a tomar el control de la firma, reforzándose en un sector del maquillaje en el que precisamente, y desde entonces, Charlotte Tilbury ha entrado a liderar las operaciones de Puig. Una primera incursión en el capital social de la firma cosmética que, según las informaciones que posteriormente han venido saliendo a la luz, se llevó a cabo mediante la adquisición del 73,1 por ciento de todo su capital social, por un importe de 1 113 millones de euros, y dejando a Tilbury como accionista minoritaria, con prácticamente el total de ese 26,9 por ciento restante de la compañía. Una participación esta para la que, en lo que atenía a las acciones controladas por Tilbury, las partes acordaron diferentes opciones de compra de las que podía servirse Puig para ampliar su participación dentro del capital de la empresa, hasta alcanzar el 100 por cien de su propiedad, contando como fecha límite, según adelantaban desde el medio económico Cinco Días, la del próximo ejercicio de 2025. Unas opciones estas de las que precisamente se sirvió la compañía española para proceder, a fecha del pasado 25 de julio de 2024, a la adquisición de un 5,4 por ciento adicional del capital de Charlotte Tilbury, por un importe de 214,8 millones de euros; adquisición tras la cual Puig ha pasado a controlar de manera directa el 78,5 por ciento del capital de la compañía.
Puesta en justo contexto, esta adquisición adicional del capital de Charlotte Tilbury venía a dar respuesta al que desde Puig situaron como uno de los principales objetivos que se habían marcado alcanzar con su salida a bolsa, completada a fecha del pasado 3 de mayo de 2024. Una operación para la que, advertían para entonces desde Puig, la compañía presentaba como su principal línea de dirección, y así quedaba recogido en el Folleto Informativo para su salida a Bolsa, la de emplear “los ingresos netos de la captación de fondos para fines corporativos generales como la refinanciación de las adquisiciones de participaciones adicionales en Byredo y Charlotte Tilbury, y el apoyo a la estrategia de crecimiento del porfolio y las marcas de la Sociedad”. Propósitos ante los que, en lo que respecta a Charlotte Tilbury, desde Puig daban decididos pasos adelante con esa adquisición adicional realizada el pasado mes de julio, cuando la compañía gozaba todavía del beneplácito de los mercados e inversores, pero ante los que ahora han pasado a incumplir con los objetivos que se entendía que iban a alcanzar en el corto plazo, retrasando la adquisición de ese porcentaje de Charlotte Tilbury todavía en manos de su fundadora, hasta 2031.
Con nuevas opciones de compra, para entre 2026 a 2031
A este respecto, y según se han encargado ahora de anunciar desde la dirección de la multinacional española de la belleza, la moda y la cosmética, Puig y Charlotte Tilbury han formalizado un nuevo acuerdo en virtud del cual se retrasa la adquisición por parte de Puig de ese porcentaje minoritario del capital de la compañía cosmética todavía en manos de Tilbury. Una participación que la compañía española podrá adquirir a través de distintas opciones de compra ejercitables entre los años de 2026 a 2031, fecha en la que expirará el acuerdo, y hasta la que se termina por retrasar el momento en el que desde Puig deberán hacer valer sus opciones para lograr tomar hasta el 100 por cien de todo el capital de Charlotte Tilbury.
Vestido el retraso de las opciones para la adquisición de esa participación por parte de la compañía española como una “extensión de su colaboración estratégica” entre Puig y la fundadora de Charlotte Tilbury, lo que no se termina de aclarar, siguiendo con estas maneras poco claras de dirigirse a los mercados y a sus inversores, son las posibles causas reales que habrían llevado a que las partes decidieran postergar la venta de las acciones de la compañía. Y es que dejando a un lado lo que desde Puig justifican y presentan como una muestra más del “enfoque único de Puig de colaboración con fundadores visionarios, reafirmando su identidad como ‘Home of Love Brands’, que fomenta y promueve la diversidad de pensamiento, el espíritu emprendedor y la creatividad”, apuntamos a dos como las más que posibles causas que, tanto de manera combinada como independiente, podrían haber llevado a tomar esta resolución. Teniendo de un lado la rápida depreciación y el mal desempeño que están experimentando las acciones de Puig en el parqué desde que la compañía presentase sus primeras cuentas como cotizada, relativas al primer semestre de su ejercicio de 2024; y del otro, a las dificultades en las que se veía inmersa la compañía a comienzos de este mismo mes de diciembre, como consecuencia de la retirada de unos lotes cosméticos de Charlotte Tilbury por problemas de calidad. Una retirada de productos de su espray fijador de maquillaje “Airbush Flawless Setting Spray” que la compañía reconocía que tendría un impacto sobre los resultados de su segmento de maquillaje, que había logrado volver justamente a un desempeño de crecimiento positivo de las ventas al cierre del tercer trimestre de este ejercicio de 2024. Una suma de factores que son los que señalamos que podrían haber llevado a la dirección de Puig a apreciar que este posiblemente no sería el mejor de los momentos para proceder y seguir adelante con la compra de ese capital restante de Charlotte Tilbury, entendiendo también que el que la firma saldría favorecida en el corto plazo de seguir vinculada a su fundadora de una manera tan directa a través de su capital social, en lo que garantiza así un papel activo de Tilbury en el desarrollo y próxima evolución de la compañía, para de un corto a medio plazo, y todo ello aunque suponga contradecir e ir en contra de la línea de actuaciones que Puig establecía para justificar su salida a Bolsa.
Dejando a un lado nuestras interpretaciones, y ciñéndonos a cómo han tratado de vestir desde Puig la firma de este acuerdo, “es un privilegio continuar nuestra estrecha colaboración con Charlotte y su equipo”, y es que “Charlotte tiene una visión única y pionera, diferenciada de otras marcas de artistas del maquillaje, que ya estaba redefiniendo el futuro del maquillaje y el cuidado de la piel cuando comenzamos a trabajar juntos en 2020”, ha justificado Marc Puig, presidente ejecutivo de Puig, a lo largo de unas declaraciones hechas públicas desde la dirección de la misma compañía española de la moda, la perfumería y el maquillaje.“Hemos logrado mucho desde entonces, y es un gran placer anunciar la extensión de nuestra colaboración” con la firma “Charlotte Tilbury”, una “marca excepcional”, y para la que “estoy deseando seguir trabajando juntos para hacerla crecer aún más”.
“En 2020, establecimos una alianza que ha sido fundamental para dar forma a nuestro éxito”, señala por su lado la misma Charlotte Tilbury, fundadora, presidenta, directora general y directora financiera de la firma de maquillaje. “Estoy plenamente convencida del valor y el potencial que Charlotte Tilbury Limited puede crear y capturar en los próximos años”, para los que “continuar esta colaboración con mi equipo y con Puig es como una progresión natural, impulsada por la misma innovación, visión y ambición que han definido esta marca icónica a lo largo de los años”. Desde esa perspectiva, defiende, “esta extensión de la colaboración es un importante paso adelante, que nos permite seguir creciendo y consolidar la posición de la marca como líder en el mundo de la belleza”.
Caída a mínimos de las acciones
A pesar de que el anuncio no ha supuesto una elevada y brusca nueva depreciación del valor de las acciones de Puig, sí que ha terminado por llevar a la compañía a marcar un nuevo mínimo histórico sobre la cotización de sus acciones, en una jornada, la de este mismo miércoles 18 de diciembre de 2024, que habrá que esperar para ver si las acciones de la compañía española logran remontar, o terminan por cerrar en contra en un valor cercano a los 18,04 euros la acción a los que ha llegado a caer el valor de sus títulos. El precio más bajo, hasta la publicación de estas líneas, en el que han llegado a cotizar las acciones de Puig, no solo a lo largo del día de hoy, sino de todo su histórico, haciendo que la compañía se asome ya al precipicio de los 17 euros la acción y acumulando una caída de un -24,89 por ciento a sus espaldas, desde los 24,50 euros la acción en los que salían a cotizar sus títulos de Puig en mayo, hasta estos 18,04 euros de mínimo histórico, por el momento, a los que han llegado a caer sus acciones.
- Puig ha retrasado la adquisición completa de Charlotte Tilbury hasta 2031, incumpliendo los objetivos iniciales tras su salida a bolsa.
- Este retraso se debe posiblemente al bajo rendimiento de las acciones de Puig y a la retirada de productos de Charlotte Tilbury por problemas de calidad.
- A pesar del retraso, Puig y Charlotte Tilbury presentan la decisión como una extensión de su colaboración estratégica, destacando el valor de su relación, y en lo que no obstante no ha impedido que las acciones de Puig caigan hasta marcar un nuevo mínimo histórico.