Drescher: “La gente ya no se uniforma, hoy busca comunicar algo distinto”

Claudio Drescher es el Presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) y socio en la marca Jazmín Chebar. Lleva toda una vida dedicado a las marcas de moda, en la década del 80 revolucionó el mercado de lencería cuando creó la firma Caro Cuore y, algunos años más tarde, con Vitamina marcó una bisagra en el diseño de moda local.

FashionUnited conversó con él sobre el momento por el que pasa la industria de indumentaria, su experiencia en el negocio y su opinión sobre cuestiones de la moda a nivel mundial.

¿Cómo ve a la industria de la moda en Argentina?

En cuanto a lo estratégico, estamos en un momento de impasse, porque el nuevo gobierno está tratando de definir políticas para el sector. Se nos presentan dos posibilidades: Por un lado, proponemos un camino donde se necesitaría una decisión del estado de invertir, favorecer, premiar las exportaciones y financiar la tecnificación de la industria. La otra vía tiene que ver con una política más neoliberal que es la de comprar más barato y más rápido fuera del país. Lamentablemente, hay pequeños sectores del gobierno que proponen esta alternativa que traería aparejada la apertura de la economía, la ruptura de la cadena de valor textil y pérdida de puestos de trabajo. Nos podríamos convertir en un mercado donde se venden cosas que se fabrican en el Sudeste Asiático. Esto significaría perder una oportunidad de desarrollo industrial, en el que la indumentaria es una alternativa en un ámbito en donde no sobran alternativas.

Desde el punto de vista de la evolución del negocio, teniendo en cuenta al diseño, la creatividad y el branding, el panorama es estupendo. En los últimos años se ha constituido una propuesta que desde el punto de vista de la capacidad de diferenciación con el mundo es muy alta. De todas las ciudades de América Latina, Buenos Aires tiene una propuesta de marcas muy amplia y con un nivel de calidad más que aceptable. Y, eso es algo que va en aumento.

Como creador de Caro Cuore en los 80, Vitamina en los 90 y hoy, al frente de Jazmín Chebar, ¿Qué diferencias hay entre los momentos de surgimiento de esas marcas?

Las diferencias son importantes porque las coyunturas son diferentes. Hace 30 años las cosas eran más fáciles porque el nivel de competencia era más bajo, pero eran más difíciles porque había menos herramientas. Todas fueron experiencias extremadamente atractivas. Caro Cuore fue un fenómeno innovador, no solamente en Argentina, porque fue una de las primeras marcas del mundo que apuntó a la mujer joven. Hasta ese momento la ropa interior femenina estaba dirigida a mujeres de más de 35 años y Caro Cuore revolucionó el mercado con productos para chicas jóvenes.

El caso de Vitamina fue muy interesante porque se produjo el corte entre las marcas que viajaban a Europa para buscar modelos y copiarlos en Argentina y Vitamina apareció con su primer equipo de diseño.

Jazmin Chebar es otra escala determinante, creo que ella posiblemente sea una de las diseñadoras más talentosas de América Latina. Jazmín hace visible la maduración del desarrollo del diseño en Argentina. Obviamente no es ella la única, pero es parte de la primera generación que muestra diseño en el país.

“La moda ha muerto”, es una frase suya que hace pensar.

Yo dije que la moda ha muerto porque la gente ya no se uniforma, ya no hay una única figura que represente el ideal femenino, ni el masculino, hoy lo que tenemos es una segmentación constante en nichos, sectores y tribus en lo que tiene que ver con formas de vestir. Hoy vemos que hay muchas modas, hay marcas que hacen productos totalmente diferentes y todas son exitosas. No es lo mismo Uniqlo que Gucci, ni Gucci que Prada, ni Prada que H&M y todas funcionan. Por eso yo digo que la moda ha muerto en relación a la uniformidad de la propuesta.

¿Cómo va a seguir esta diferenciación?

La situación es irreversible, las diferencias van a marcarse más todavía. La moda tomada como la vestimenta es un lenguaje, cuando nos vestimos estamos comunicando algo y hoy se busca comunicar algo distinto. Cada uno quiere sostener algo que tiene que ver con esta etapa de la sociedad que es preservarse como identidad.

¿Hacia dónde va el fast fashion?

Como todo desarrollo dentro de la sociedad no es algo lineal. Yo creo que no estamos asistiendo a la muerte del fast fashion porque cada vez incorporan a más consumidores mientras pierden otros. Es decir, ciertas marcas están perdiendo un porcentaje de consumidores que toman conciencia de lo negativo del fast fashion y ganan otro porcentaje del mercado porque se instalan en nuevos países en los que hasta el momento no estaban. Esto hay que ver hasta dónde sigue, va a depender del estado de maduración de la sociedad.

¿Cómo ve la posibilidad de una llegada masiva de marcas fast fashion a Argentina?

Nosotros desde la CIAI vamos a tratar de resistirlo porque significa la pérdida de puestos de trabajo. Desde mi lugar en Jazmín Chebar, la verdad es que no nos preocupa porque no son marcas competitivas y Jazmín tiene su lugar.

Por su experiencia, ¿cuál sería su consejo para alguien que está comenzando con su propia marca de indumentaria?

Yo le recomendaría que lo intente si tiene algo nuevo para decir y diferenciarse. Pero si simplemente se va a sumar al conglomerado de cosas hechas, le va a ir mal. Hay que pensar bien qué se le promete a la gente desde el punto de vista de una marca.

Foto: Claudio Drescher