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Estudiantes asiáticos soportan las universidades en EE.UU. y Europa

Por Joshua Williams

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Moda

Foto: Pexels

En Estados Unidos, la Ley GI (GI Bill) fue aprobada para ayudar a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial a aclimatarse a la vida civil. Uno de los componentes más importantes de esta ley era proporcionar a los militares acceso a una educación universitaria asequible. Esto provocó el efecto de que de la década de 1950 en adelante aumentara considerablemente la cantidad de personas con un título universitario. La educación pasó de ser un privilegio de los ricos a convertirse en una constante para la mayoría de los estadounidenses. Como consecuencia, este acceso a la educación tuvo el efecto de aumentar la clase media, y, por lo mismo, cambió la economía de los trabajos de cuello azul a los de cuello blanco.

Sin embargo, a medida que la economía en Estados Unidos se desplazaba de la fábrica a la oficina durante los años 70 y 80, los trabajos manuales también se volvieron menos deseables. Esto obligó a las empresas a reubicar sus fábricas fuera del país, con la ventaja añadida de que la mano de obra era más barata y había menos regulaciones gubernamentales. Esto significó que, para la década de 1990, la mayor parte de la producción relacionada con la moda, como textiles y prendas de vestir, ya no se realizaba en Estados Unidos o en Europa; se había trasladado principalmente a China e India y luego al sudeste asiático. Este cambio en la producción trajo una ola de dinero a estos países, cambiando efectivamente sus economías y facilitando el nacimiento de sus propias clases medias, así como las fortunas de muchos.

¿Prefieres escuchar? El podcast completo sobre este tema, parte de la serie "El futuro de la educación en moda" se encuentra aquí.

Con el tiempo, los nuevos empresarios de China e India y sus hijos y nietos se convirtieron en el segmento de consumidores de mayor crecimiento del mundo. No sólo compraban más cosas, sino que también aumentaban las personas que iban a la universidad. Para quienes podían pagarlo, asistir a las mejores escuelas de Londres, París y Nueva York, especialmente para estudiar moda, era el objetivo principal. Estas escuelas se consideraban la máxima opción en diseño y educación empresarial, y ofrecían nombres de marcas conocidas en los currículums.

Como la mayoría de estos estudiantes pagaban las colegiaturas completas, ya que no podían acceder a los planes nacionales de financiamiento o becas, escuelas como el London College of Fashion y el Fashion Institute of Technology tomaron nota y empezaron a promocionarse directamente con estos estudiantes y a ofrecerles admisiones simplificadas. Muchas escuelas incluso construyeron escuelas satélites en China y Corea para ampliar su penetración en el mercado de estas zonas, ya que este importante aumento en ganancias de los estudiantes internacionales coincidió con un decrecimiento de las tasas de natalidad nacionales, proporcionando el antídoto perfecto para la disminución de la población estudiantil entrante. Para la década de los años 2000, no era raro que las clases de las principales universidades estuvieran compuestas por un 50 por ciento, o más, de estudiantes internacionales. Esta realidad se hizo especialmente evidente cuando llegó Covid-19 y los estudiantes no pudieron ir al extranjero a estudiar. En el verano de 2020, una ley poco conocida de EE.UU. que exigía a los estudiantes estar en suelo americano para tener un visado de estudiante, se convirtió en una gran noticia cuando la educación se daba principalmente en Zoom. Universidades como Harvard, Yale y NYU estaban a punto de perder una gran y valiosa población de estudiantes, por lo que se unieron y obligaron a la administración del presidente Trump a cambiar el rumbo. Al otro lado del océano, el BREXIT también creó confusión dentro de la educación, al convertir repentinamente a los estudiantes europeos en estudiantes internacionales y reconfigurar las admisiones.

Un año más tarde, muchas instituciones de educación superior se centraron en atraer nuevamente a los estudiantes en persona, en el campus. Si bien esta decisión era compleja, especialmente con las nuevas variantes, en gran parte buscaba volver a atraer a los estudiantes internacionales. Sin sus colegiaturas, las escuelas sabían que se verían en una situación financiera desesperada. Y sin ellos, perderían sus centros de ganancias clave, como las residencias universitarias, las cafeterías y otros servicios. De hecho, los estudiantes nacionales son mucho más propensos a tomar clases en línea en comparación con los internacionales, ya que es probable que tengan un trabajo mientras van a la escuela.

No obstante, la pandemia de Covid también ha creado más transparencia en lo que respecta a la industria de la educación y su dependencia de los estudiantes internacionales. China anunció algunas de sus normas más estrictas en décadas sobre la forma en que las universidades internacionales pueden atraer a los estudiantes en China, limitando el acceso a la educación en línea, las tutorías y los contenidos en general. Aunque la política tiene mucho que ver con estos cambios, las universidades chinas se han "puesto al día" en muchos aspectos con las escuelas europeas y estadounidenses, ofreciendo una amplia gama de programas de moda en instituciones de alto nivel. Y hay una creciente presión para que los estudiantes se queden en casa para estudiar.

En resumen, las universidades se están viendo obligadas a replantearse quién será su alumnado tanto en el futuro próximo como a largo plazo, y es posible que ya no puedan depender de los estudiantes asiáticos para sostener o financiar su crecimiento. Para muchas instituciones, esto puede requerir volver a conectar con los estudiantes y los mercados locales, y quizás incluso reducir el tamaño de sus operaciones en general.

Espera la próxima semana la siguiente entrega de esta serie dedicada a la educación en moda. Analizaremos cómo han proliferado los programas de postgrado relacionados con la moda, por qué hay tantos y cuáles son las ramificaciones. O bien, escucha el episodio en nuestro podcast.

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