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Investigación académica sobre moda: una disciplina en crecimiento

Por Joshua Williams

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Moda
Foto Pexels

La moda como disciplina académica es relativamente nueva. Esto no quiere decir que no se haya investigado la intersección entre la ropa y la economía, la ropa y la psicología, o la ropa y la cultura, por decir algunas, desde mucho antes, sino que no se había tomado en serio como una disciplina propia. Sin embargo, con la formalización de la moda como disciplina dentro de la academia y su crecimiento en los programas de posgrado, ha habido un aumento en la investigación específica sobre moda, tanto por parte del profesorado como de los estudiantes.

Algo destacable es que, como esta investigación no está necesariamente ligada al éxito de una empresa, lo que significa que no se trata de un proyecto realizado como parte del trabajo de una persona o al servicio de un cliente, esto ha abierto más oportunidades para realizar investigaciones sin un resultado requerido o esperado. En resumen, ha permitido una crítica más directa al sistema de la moda. Por esto es que no es de extrañar que se pueda establecer una correlación entre el crecimiento de la investigación sobre la moda y el aumento en el interés por temas como la sostenibilidad, los derechos humanos y el comercio justo, por mencionar algunos. Temas que se encuentran constantemente entre los cinco primeros dentro de las investigaciones realizadas por los estudiantes.

¿Prefieres escuchar? El podcast completo sobre este tema, parte de la serie "El futuro de la educación en moda" se encuentra aquí.

Con el tiempo, estas áreas de enfoque académico se han desplazado de la institución a la industria, por dos razones. La primera es que los estudiantes se gradúan con estos temas como parte central de su aprendizaje. Y la segunda es que, mientras las personas adquieren mayor educación, más exigen que se realicen cambios dentro de las compañías. Sin embargo, este proceso ha sido lento y resalta la falta de colaboración directa entre el mundo académico y la industria.

Para muchas empresas de moda o comercio minorista existe una desconfianza del mundo académico. En algunos casos, esto se debe a que se percibe a las universidades como instituciones "lentas en responder" o "fuera de contacto" con las tendencias y tecnologías actuales. En otros, se debe a un sentimiento de "otredad" que la industria de la moda siempre ha abrazado. La industria se siente orgullosa de la idea de que la moda es diferente a otras industrias y, por lo tanto, no necesita la misma información. Y, por último, el lenguaje académico puede ser difícil de entender para los profesionales, y se siente pretencioso o desconectado. Hay algo de verdad en los tres puntos, pero a medida que la investigación aumenta y la propia industria se vuelve más compleja y global, se puede ganar mucho de trabajar de manera más colaborativa y de crear una alianza que reconozca las necesidades tanto del investigador como de la empresa.

Para los investigadores ha sido difícil acceder a la información y los datos que podrían ayudar a profundizar en los resultados de la investigación. Las empresas del sector de la moda son especialmente protectoras de su información debido a la naturaleza competitiva de la industria, pero al retener esta información están limitando el potencial de nuevas ideas y perspectivas, más allá de la miopía que a menudo se produce dentro de una empresa. Desarrollar métodos para compartir la información sin divulgar secretos comerciales y abrirse a los investigadores para trabajar juntos debería ser una prioridad absoluta. Y a cambio del acceso, los investigadores podrían ofrecer resultados más accesibles de su investigación, como resúmenes, presentaciones o modelos, que sean comprensibles y accionables para los empleados.

Además, uno de los principios clave de la investigación es que no se está atado a un resultado específico. Un investigador comienza con una hipótesis y luego determina su validez a través de los datos que recoge. A menudo, los investigadores se encuentran con resultados muy diferentes a los que esperaban, lo que hace que la investigación sea algo tan importante y emocionante. Por lo tanto, las empresas que deciden colaborar con los investigadores también deben estar abiertas a resultados inesperados. No se trata de la típica relación que tiene un consultor con un cliente.

Por último, es fácil que los investigadores se queden atrapados en el mundo académico, donde la información se difunde a través de revistas y conferencias académicas, por lo que muchas veces este conocimiento no llega a otras audiencias. Si la investigación va a provocar un cambio o va a tener un efecto en la industria, tiene que ser accesible. Un ejemplo no relacionado con la moda podría ser la revista Psychology Today, que está escrita de manera amigable para el público general con el objetivo de tratar temas relacionados con la psicología y la terapia, basándose en investigaciones actuales. Por otro lado, un ejemplo relacionado con la moda es Vestoj, una organización fundada por Anja Aronwosky Cronberg que busca conectar la investigación crítica de la moda y la conversación intelectual a través de una plataforma en línea y una revista visualmente muy atractiva. Como Anja dice, “se requiere que haya reciprocidad entre el mundo académico y la industria y necesitamos encontrar formas de reducir la brecha, y la desconfianza, entre ambos encontrando un terreno común”.

Espera la próxima semana la siguiente entrega de esta serie dedicada a la educación en moda. Analizaremos los problemas de las prácticas profesionales e internships dentro del sector de la moda y cómo pueden no estar ofreciendo el acceso al aprendizaje y al empleo que pretenden, sino facilitando una obscura economía no remunerada. O bien, escucha el episodio en nuestro podcast.

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