Moda masculina SS27 según Edwin van den Hoek: "El hombre, en el punto de mira"
Quien quiera entender el panorama de la moda masculina para el verano de 2027, según el analista de tendencias Edwin van den Hoek, debe empezar por el cuerpo; no el de la pasarela, sino el cuerpo masculino real, que, al igual que el femenino, es objeto de cada vez más comentarios: se estudia, se idealiza y se pule. A través de esa mirada masculina, el panorama de la moda también cambia.
Van den Hoek, que con su propia agencia de tendencias lleva más de un cuarto de siglo mirando hacia el futuro, lo describe como una época en la que el hombre se desnuda física y figuradamente: “Se está esculpiendo el cuerpo masculino”, afirma. “No solo en la industria del fitness y los suplementos, que ya es un negocio de miles de millones, sino también en la batalla cultural por la masculinidad, la feminidad y todo lo que hay en medio”. Él ve la búsqueda de un ideal de belleza determinado y, al mismo tiempo, la resistencia a la discriminación por edad o apariencia. “Es un movimiento paradójico que se basa en la hiperconciencia de uno mismo y en la búsqueda de la autenticidad”.
Como es habitual en sus presentaciones, Van den Hoek dividió la nueva moda masculina en cuatro temas. Como un quinto tema invisible, las dificultades del mundo también juegan un papel, algo ante lo que la moda solo puede mostrarse servicial, afirma Van den Hoek. “La moda, como cualquier forma de cultura, debe reajustar constantemente los tiempos”.
Autenticidad: la revalorización de lo cotidiano
En el verano de 2027 se perfila un marcado regreso a la vida en el hogar, a lo tradicional, al cuidado y a lo familiar. El ideal de la joven familia resurge, pero esta vez con el padre —convertido en amo de casa— ocupando un papel central. El analista de tendencias lo detecta en expresiones como “la felicidad de hornear”, cada vez más presentes en el contenido lifestyle, así como en la consolidación de la vida doméstica como una estética reconocible.
En redes sociales, jóvenes conocidos desaparecen literalmente detrás de la encimera: nombres como Sepp van Dijk, Super Dushi o Douwe Bob encarnan esta nueva sensibilidad. “Lo doméstico se está redefiniendo con una masculinidad más suave”, señala el experto. Y esa vida campestre también se traslada a la moda: sobre la pasarela, algunos modelos exhibieron ramos de puerros e incluso un perrito de las praderas. El tradwife masculino toma forma a través de gruesos tejidos de punto, el regreso del pantalón de pinzas, conjuntos de mezclilla combinados con camisas por dentro, camisas de lino con estampados que evocan paños de cocina y una paleta cromática más cercana al campo que al jardín de oficina de hormigón.
¿Un retroceso en el tiempo? Van den Hoek escuchó a jóvenes estudiantes explicarle que, para ellos, la experiencia es distinta. “Tu pasado no es el nuestro”, comprendió. Así, el pasado no se reproduce: se reinterpreta y, en consecuencia, se vive de otra manera.
Innovación: la fusión de lo digital y lo material
Del campo al mundo virtual ya no hay una transición brusca; son dos realidades que coexisten. Incluso los invitados del front row en París no miran el desfile con sus propios ojos, sino a través de sus pantallas.
Ese mundo digital deja su huella en lo material dentro de la moda. Van den Hoek observa composiciones de materiales inspiradas en una fantasía hiperbólica: jacquards creativos y prendas de punto que recuerdan al cristal. Degradados de color que no parecen provenir de la naturaleza, sino de un software de renderizado. Revestimientos con aspecto de aceite sobre tejidos sintéticos. Piel con brillo. Gafas de sol futuristas modeladas alrededor de la cabeza con líneas geométricas. Los materiales transparentes se superponen como capas de aire, como se ve, por ejemplo, en las cazadoras bomber de System y Lacoste.
En medio de todos esos espectaculares materiales tecnológicos, Van den Hoek también aboga por el sentido práctico. Las prendas básicas funcionales ganan importancia: una buena chaqueta de senderismo, bolsos resistentes, ropa que desempeña un papel real en la vida cotidiana. En un mundo de sobreabundancia, la sencillez y la funcionalidad explícita vuelven a cobrar valor.
Poco convencional: el patrimonio histórico que se reinventa
Entre la nueva domesticación y lo high-tech se mueve una tercera tendencia: la masculinidad histórica que se trae al presente de una manera creativa, no como la conocemos de los dramas de época. Van den Hoek señala elementos de pinturas de los siglos XVIII y XIX: la corbata se vuelve más fina y se anuda con más suavidad, los pantalones pueden abullonarse ligeramente, las flores de encaje y los bordados vuelven al armario masculino, pero sobre camisas de corte limpio para que el conjunto se mantenga moderno.
Ese efecto también se logra con el moulage y con piezas de patrón que se desplazan deliberadamente para crear un efecto alienante. Los diseñadores también experimentan con reensamblajes, una especialidad desde hace años de la marca coreana Sacai: collages de lo antiguo y lo nuevo, del heritage y lo contemporáneo.
El resultado no es un revival, sino un nuevo tipo de elegancia que puede ser absolutamente comercial. Como ejemplo, Van den Hoek menciona los motivos históricos de papel pintado y los estampados étnicos, refinamientos sutiles si se esconden en el forro de un esmoquin de corte impecable.
Hecho a mano: la imperfección que da vida a la moda
Es un hecho que la IA está ganando más influencia en los procesos de diseño. Algo muy positivo, según Van den Hoek, siempre que la estética no dependa de tales técnicas. “Esa parte creativa, la IA no puede hacerla en absoluto”. Por eso, en la moda crece la necesidad del trabajo artesanal: el bordado, la sastrería, la aplicación de parches y el placer de reparar (o hacer reparar) una prenda rota, en lugar de sustituirla por otra nueva.
La naturaleza también encaja en ese paradigma, pero no de una manera anticuada. Van den Hoek menciona tejidos y tipos de piel teñidos con componentes naturales, de modo que la capa de color no es opaca, sino que se presenta en capas como un estampado de camuflaje. “Eso crea un interesante efecto vintage y desgastado”. La paleta se desplaza hacia los marrones coñac y castaño, tonos que él considera esenciales para todos los grupos de productos.
La moda, entre la piscina glamurosa y la granja
La temporada SS27 no apunta, precisamente, a un verano uniforme. Las tendencias se mueven entre la tecnología más brillante y los puntos rústicos; entre las cazadoras bomber iridiscentes y los pijamas que empiezan a leerse como ropa de noche; entre la vida rural —imitada o no con vídeos de TikTok en plena ciudad— y esa nube virtual para la que las grandes tecnológicas ya han comenzado a instalar centros de datos… incluso en el espacio. En ese vaivén caben tanto la chaqueta deportiva de Liam Gallagher, que Berghaus recupera como collector’s item, como un look de pasarela acompañado de un manojo de puerros.
Así que no, el verano no será exactamente “desnudo”, aunque Van den Hoek también anticipa muchos bañadores y bastante piel a la vista. “Sobre todo, no subestimen lo que le está pasando al hombre debajo de toda esa ropa”.
Este artículo fue originalmente publicado en otro idioma dentro de la red internacional de FashionUnited y después traducido al español usando una herramienta de inteligencia artificial.
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