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Dos emprendedoras de moda de Argentina cuentan su experiencia

Por Cynthia Ijelman

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Retail

Poner en marcha una marca de indumentaria no es una tarea sencilla y más cuando se trata de emprendimientos donde la calidad y el diseño son fundamentales.

Tuvimos la oportunidad de conversar con las creadoras de dos marcas de indumentaria: Paula Ricciardelli y Sofía Porrini, que nos contaron su experiencia como emprendedoras, cómo se iniciaron en el negocio y cómo es el trabajo del día a día.

“Anyulina”, de Paula Ricciardelli

Paula se recibió de Diseñadora de Indumentaria y entre 2009 y 2010 comenzó a trabajar en su firma de lencería. “Armé un taller en mi casa y empecé a probar diferentes cosas. De a poco fui afianzando la imagen y sumando más productos”, contó.

Para ganar clientes, salía a la calle a ofrecer sus prendas en distintos puntos de venta y con el tiempo vino la expansión: “A través de internet empecé a vender al por mayor en el interior del país con un catálogo que armé, comentó.

Además, Paula cuenta con un showroom. Hoy, la producción está tercerizada y ella se encarga de la gestión de la marca junto con su mamá.

En primera persona: “Desde que empecé siempre estuve muy confiada de lo que estaba haciendo y siempre estuve muy convencida de la marca. Pude armar un concepto perdurable, si bien los productos van variando el concepto siempre es el mismo. Mi consejo es que traten de mantener una línea en la que se apueste a hacer algo lo mejor posible, dentro del target al que quieran apuntar y generar una buena imagen”.

“Las Buendía”, de Sofía Porrini

En cuanto se graduó de Diseñadora de Indumentaria, Sofía empezó con su marca de ropa femenina “Las Buendía” produciendo de a poco, hasta que le surgió la posibilidad de trabajar en una fábrica y dejó la marca.

“Hace dos años y medio me cansé de la relación de dependencia y retomé mi proyecto, así que me puse a diseñar y a armar todo yo, desde el diseño, hasta la confección”, contó.

Tiene un taller y un showroom en el que vende sus productos. Sus prendas son piezas únicas: “si bien la moldería se repite, no hay dos iguales, voy variando las combinaciones de los estampados”, explicó.

En primera persona: “Desde mi experiencia les diría a aquellos que se están iniciando en su marca que hagan cosas que les interese hacer y con las que se sientan fuertes. En mi caso, me gusta trabajar con la moldería y crear cosas que sean usables en la vida diaria”.

Hoy Sofía además aprovecha lo aprendido y su experiencia para poder enseñarle a otros emprendedores y da clases en Baúl de Moda.

Fotos: Anyulina y Las Buendía

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