La Corte de Nueva York bloquea la fusión Capri-Tapestry
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Madrid – Adiós al sueño de crear un gran gigante del lujo americano, después de que el Tribunal federal de Nueva York encargado de solventar la demanda interpuesta por el regulador de la competencia de los Estados Unidos a la compra de Capri Holdings (Michael Kors) por parte de Tapestry (Coach), haya terminado por darle a este la razón, aprobando las medidas cautelares que paralizan la operación de compra. Una decisión que de facto deja encallado el acuerdo de adquisición, hasta el punto de convertirlo ya en prácticamente impracticable.
Poniéndonos brevemente en antecedentes, era a fecha del 10 de agosto de 2023 cuando desde Tapestry y Capri Holdings disrumpían dentro del ecosistema de la moda, anunciando públicamente un acuerdo definitivo para la adquisición de Capri Holdings por parte de Tapestry, por 8 500 millones de dólares. Una operación que se encargaron por entonces de defender públicamente los principales ejecutivos de ambas compañías, Joanne Crevoiserat, directora ejecutiva de Tapestry, y John D. Idol, presidente y director ejecutivo de Capri Holdings, y que guardaba tras de sí con el potencial de lograr terminar de dar forma a un gran gigante del lujo estadounidense, capaz de competir de tú a tú con los grandes conglomerados del lujo europeo, véanse LVMH, Kering y Compagnie Financière Richemont, reuniendo bajo el mismo paraguas de Tapestry, una vez culminado el proceso de adquisición, a una diversificada familia de marcas de lujo de primer nivel, integrada por, del lado de Capri, Versace, Jimmy Choo y Michael Kors, y del de Tapestry, de Coach, Kate Spade y Stuart Weitzman. Un total de seis marcas de lujo, entre las que se encuentran esa Coach y esa Michael Kors que ocupan un papel principal y de referencia dentro del público estadounidense, que pasarían así, y desde este acuerdo de compra, a asentar los cimientos de una nueva gran multinacional del lujo, con el potencial estimado por entonces de llegar a generar ventas superiores a los 12 mil millones de dólares anuales, y un beneficio neto operativo ajustado de cerca de unos 2 000 millones de dólares. Todo ello, defendían desde Tapestry, desde una adquisición que serviría a la compañía, ya no solamente para reforzar su cartera, sino también para diversificarla, fortaleciendo a la multinacional tanto en regiones como en categorías de productos clave, haciéndola menos dependiente de la categoría de productos de complementos y accesorios, y ensanchando su huella internacional.
Frente a lo brillante y prometedora que se presentaba la operación, y mientras se avanzaba en los requerimientos legales necesarios para terminar de llevarla a cabo, la sorpresa llegaba este pasado mes de abril de 2024, cuando desde la Federal Trade Commission (FTC), la Comisión Federal de Comercio, el organismo regulador de la competencia de los Estados Unidos, anunciaban la interposición de una demanda para bloquear la adquisición por parte de Tapestry de Capri Holdings. Una decisión que justificaban alegando que la fusión de ambas compañías atentaba contra la libre competencia, al permitir la adquisición de una compañía por su principal competidora, en un movimiento que perjudicaría a los consumidores americanos al impedirles beneficiarse de la competencia directa existente entre las principales marcas de ambos grupos, y todo mientras Tapestry entraría a tomar una participación dominante dentro del mercado de los bolsos de “lujo accesible”. Unos argumentos que, como era de esperar, fueron de inmediato negados y contradecidos por parte de las direcciones tanto de Capri como de Tapestry, desde donde se acusaba a la FTC de no conocer las dinámicas ni la realidad de un sector del lujo altamente atomizado, y en el que, en respuesta, la fusión de ambas compañías en ningún caso iba a terminar por lograr dar como resultado un grupo con la capacidad suficiente como para ocupar una posición dominante dentro del segmento del “lujo accesible”.
Una medida cautelar, con sabor a bloqueo definitivo
Desde esas posiciones enfrentadas, el pasado mes de septiembre arrancaba la vista desde la que, por un periodo final de ocho días, tanto desde Tapestry como desde Coach y desde la FTC pudieron exponer sus argumentarios ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, la corte federal de primera instancia encargada de dirimir el bloqueo al acuerdo de compra de Capri por parte de Tapestry solicitado por el regulador de la competencia de los Estados Unidos. Corte desde la que finalmente se han decidido a conceder y a aprobar las medidas cautelares solicitadas por la FTC para bloquear el acuerdo de adquisición, paralizando con ello y por completo el proceso de fusión, y dejando a Tapestry y a Coach ante la situación de tener que terminar de hacer frente a un largo, y costoso, proceso judicial, desde el que terminar de defender su acuerdo de compra.
Se trata esta de una victoria, cautelar, pero que realmente deja un marcado regusto a victoria final por parte de la FTC, en la medida en la que, como norma, las compañías que se enfrentan a una resolución de aprobación de medidas cautelares como la emitida ahora, terminan desistiendo de los acuerdos previamente alcanzados. Una renuncia que llevan a cabo ante las incertidumbres de costes y de plazos que puede plantear un largo proceso judicial, para el que además, de partida, un tribunal federal ya ha encontrado muestras suficientes en los argumentos, en este caso, planteados por la FTC, y no en los de Tapestry y Capri, como para llevar a cabo la aprobación de esta resolución, y acordar que, ante las sospechas apreciadas de llegar a atentar contra la libre competencia y de llegar a poder ejercer un lugar de posición dominante en el mercado, es necesario proteger a los consumidores paralizando la operación, a la espera de que las partes puedan profundizar en sus argumentos. Acción que deberán llevar ya a cabo desde un juicio completo y formal, y no desde una vista previa como la celebrada ahora con el propósito de dilucidar si habían o no motivos de fondo para plantear la causa, y el bloqueo cautelar de la operación, tal y como finalmente ha terminado por estimar la jueza Jennifer Rochon, al frente de este primer proceso planteado por la FTC ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.
Según expresa la magistrada a lo largo de su resolución, emitida este pasado jueves, 24 de octubre, y a la que ha podido tener acceso el medio estadounidense TFL, la FTC ha “probado que es probable que tenga éxito a la hora de convencer a un Tribunal federal de apelaciones de que la transacción” acordada entre Capri y Tapestry, reduciría sustancialmente la competencia dentro del segmento del “lujo accesible”. Lo que en consecuencia, acuerda la magistrada, genera “una presunción a favor de la aprobación de una medida cautelar preliminar”, sin que ello impida a la FTC poder continuar profundizando en “sus propias conclusiones legales y desarrollar sus propios expedientes de procedimientos administrativos”, siendo esta una de las cuestiones que habrían influido también en la postura del tribunal, al entender que, mientras la FTC continúa desarrollando esos expedientes, el negar paralizar la operación con la aprobación de estas medidas cautelares “probablemente causaría un daño irreparable al público”.
Entre los motivos presentados por el tribunal en su resolución para reafirmarse en su decisión, sorprende cuanto menos la valoración que la magistrada Rochon realiza de esos bolsos de “lujo accesible” que han motivado en gran medida el bloqueo a la operación planteado por la FTC. Unos artículos sobre los que señala que “restar importancia a los bolsos” y señalarlos “como artículos discrecionales no esenciales que los consumidores pueden simplemente elegir no comprar si el precio es demasiado alto, ignora que los bolsos son importantes para muchas mujeres”, que los emplean “no solo para expresarse a través de la moda, sino para ayudarse en sus vidas diarias”; de ahí el que, y ante el argumento presentado por el regulador, que durante la vista sostuvo que un acuerdo de fusión llevaría a Tapestry a poder llegar a incremente hasta un +17 por ciento el precio de sus artículos, una vez suprimida la competencia que a día de hoy presentan las casas de Capri, el tribunal se haya decidido a bloquear de manera cautelar la operación, a la vista de que, una vez llevada a cabo, resultaría “difícil, cuando no imposible, deshacer estas acciones” de interferencia en el mercado.
Por parte de Tapestry y de Capri, resulta cuanto menos llamativo el que, durante la vista, entre sus principales argumentaciones estuviera la solicitud de rechazo a las medidas cautelares solicitadas por la FTC, sosteniendo para ello el que resultaba poco probable que el regulador lograse hacer prevalecer sus tesis durante un juicio posterior, motivo por el que el tribunal debía de rechazar concederle la solicitud de bloqueo cautelar a la adquisición presentada. Un argumento al que desde el Tribunal de Distrito de Nueva York y la magistrada Rochon han respondido señalando que “dada la conclusión del tribunal de que es probable que la FTC tenga éxito” durante el juicio, “este argumento fracasa”. Un varapalo a sus reclamaciones, al que se sumó la respuesta del tribunal al argumento igualmente planteado por Capri y Tapestry durante la vista, desde el que solicitaban al tribunal que rechazase del mismo modo la concesión de esta medida cautelar, y aquí se descubre la trascendencia que realmente tienen estas medidas cautelares para procesos como este, alegando el que su aprobación “tendrá el efecto de bloquear la fusión de forma permanente”. Un extremo que la magistrada reconocía que suele darse en procesos similares, pero debido a que “las partes que se fusionan directamente incluyen una declaración señalando a que abandonarán la fusión”, para el caso en el que se apruebe una orden judicial preliminar de bloqueo. Una declaración que en este caso no se ha dado, y un extremo ante el cual, “si bien el Tribunal no es indiferente a las incertidumbres que enfrentan las empresas que se fusionan y sus empleados”, y que pueden intensificarse a raíz de esta resolución, estas derivan de “acciones privadas y no pueden por sí solas no pueden anteponerse a los intereses públicos que defienden desde la FTC”.
Respuesta de apelación a la resolución por parte de Capri y Tapestry
En respuesta a este duro castigo a sus intereses compartidos que han terminado de recibir Tapestry y Capri de manos del regulador de la competencia y de la justicia de los Estados Unidos, ambas compañías han emitido sendos comunicados oficiales desde los que no solamente censuran la decisión del tribunal de conceder la aprobación de esta medida cautelar, sino que comunican su decisión de apelar el fallo y la concesión de la medida. Una postura que, concretan, toman en conformidad con lo establecido y firmado como parte del acuerdo de adquisición anunciado el pasado 10 de agosto, pero sin entrar a puntualizar si está en el ánimo de ambas multinacionales el de seguir adelante con el acuerdo de adquisición para el caso de que su recurso de apelación sea desestimado. Una posibilidad que es la que se presenta como la más probable, y que de entre las dos compañías afectadas, terminaría por dejar en una posición mucho más delicada y expuesta a Capri Holdings, cuyos negocios, operaciones y cuentas de resultados se han venido deteriorando a un ritmo acelerado desde la firma del acuerdo, tal y como se volvía a poner de manifiesto el pasado mes de agosto, tras la publicación de los resultados del primer trimestre de su nuevo ejercicio fiscal de 2024/2025. Periodo de tres meses finalizado a fecha del 29 de junio, que la dueña de Michael Kors, Versace y Jimmy Choo cerró con una caída de las ventas de un -13 por ciento, y en terreno negativo, con unas pérdidas netas de -14 millones de dólares.
“La decisión de hoy”, por este jueves 24 de octubre de 2024, “que aprueba la solicitud de la FTC de una orden judicial preliminar” para paralizar la adquisición de Capri Holdings por parte de Tapestry, “es decepcionante y, creemos, incorrecta en cuanto a los fundamentos de la ley y los hechos”, no han dudado en salir a señalar desde Tapestry a través de un comunicado oficial. “Tapestry y Capri operan en una industria que es intensamente competitiva y dinámica, en constante expansión y altamente fragmentada”, participada tanto por “firmas consolidadas” como “nuevas”, insisten en su argumentario de oposición a las tesis planteadas por la FTC, y ahora avaladas, en primera instancia, por la Justicia de los Estados Unidos. Como parte de esta industria, “nos enfrentamos a presiones competitivas de productos de menor y mayor precio”, en un contexto para el que “seguimos creyendo que esta transacción es procompetitiva y proconsumidor”. Y desde esas convicciones, concluyen, “tenemos la intención de apelar la decisión, de conformidad con nuestras obligaciones en virtud del acuerdo de fusión” firmado con Capri Holdings.- El Tribunal federal de Nueva York bloqueó la compra de Capri Holdings (Michael Kors, Versace, Jimmy Choo) por parte de Tapestry (Coach, Kate Spade, Stuart Weitzman), frenando la creación de un gigante del lujo americano.
- La FTC argumentó que la fusión perjudicaría la competencia en el mercado de bolsos de “lujo accesible”, mientras Tapestry y Capri lo negaron.
- Tapestry y Capri apelarán la decisión, pero la medida cautelar sugiere una victoria para la FTC y pone en duda la viabilidad del acuerdo.