El fenómeno Fast Fashion, reinterpretado para México

Parece sorprendente decir que con el pase de los años la moda ha evolucionado y cambiado de muchas maneras; en tiempos anteriores, el alcance a las prendas exclusivas de temporada era limitado, los diseños nuevos e innovadores venían de las altas casas de moda donde los precios eran altos e inaccesibles y sobre todo no eran alcanzables en muchas ciudades debido a la falta de demanda. Así que para los amantes de la moda, el que los tiempos hayan cambiado no son buenas noticias, son excelentes. Pero ¿a quién o a qué se le tiene que agradecer esto? A un fenómeno llamado Fast Fashion.

Hace unos años, en 1992 para ser exactos, el fenómeno Fast Fashion, tocaba puertas mexicanas con la esperanza de traer un nuevo concepto, al igual que innovador y necesario para el mercado nacional. La moda rápida es el término que ocupan las casas de moda y retail para describir prendas que son fabricadas a muy bajo costo y dentro de una producción en serie. Marcas dedicadas a este concepto, pueden producir 57 colecciones al año, mientras que una casa de moda o diseñador independiente solo produce de 3 a 5 colecciones anuales. Este tipo de prendas aportan prácticamente nada de diseño, están dedicadas y producidas especialmente para el consumo de las masas y muchas veces sus producciones relámpago dan como resultado prendas que no aguantan más de 10 usos o lavadas, haciendo que la moda rápida se asocie con el término moda desechable.

Lo que se vive en México

Las cosas en México son prácticamente iguales que en la mayoría de los países, las cadenas de ropa internacionales como H&M y Zara, que se dedican al Fast Fashion, son las marcas con cifras de facturación más altas en toda la industria, el público mexicano esta encantado con este tipo de moda, no solo por ser barata, si no también porque les proporciona prendas en tendencia y ‘a la moda’.

Muchas personas dentro de la industria de la moda mexicana, están al tanto de que este tipo de conceptos empresariales son difíciles de alcanzar y de que su reputación no es la más aceptada en los ojos de diseñadores y creadores nacionales e internacionales, pero tampoco son ingenuos. Los productores de prendas y textiles en México saben que este movimiento es una manera perfecta de vender y ser exitosos.

Son pocos los casos de marcas dedicadas a la moda rápida dentro de México, existen muchas boutiques y marcas pequeñas que tienen ganas y hambre de crecer para crear producciones en serie. El caso más importante y sonado en México es el de la marca mexicana llamada ‘Ay güey!’.

Ay güey!, nació en la ciudad de Cancún, cuando un joven creativo vio la necesidad de producir prendas inspiradas en la riqueza cultural mexicana, sin hacerla exclusiva ni costosa. Éstas prendas estarían destinadas a un mercado nacional y extranjero que les gustara la moda urbana y moderna que se vive en muchos rincones del país. Hoy en día, ‘Ay güey’ factura 80 millones de pesos al año, en el 2012 contaban con 16 tiendas en todo el país, actualmente cuentan con 42 tiendas.

El creador de esta marca ha comentado en múltiples ocasiones que sus prendas se diferencian por ser accesibles para cualquier tipo de mercado y a pesar de producir en serie se esfuerzan por crear prendas que duren lo suficiente para el estilo de vida del mexicano.

En palabras de Miguel Ángel Rodríguez, director creativo de Ay Güey!: “Lo que soporta la marca es la intención de promover la cultura mexicana. Además rescata muchas de las cosas que para extranjeros son hermosas y que los mexicanos no ven: bordados en los huipiles, tehuanas, tenangos… todo este tipo de trabajo artesanal. Pero no tomar un pedacito del bordado, sino reinterpretar y reinventar artículos que se vean vanguardistas y novedosos, sin perder el ADN de ser mexicano” dijo en una entrevista.

Las consecuencias que trae la moda Fast Fashion son incontables, existen secuelas malignas para el medio ambiente y la raza humana, al igual que para la industria de la moda y los diseñadores independientes. Desgraciadamente este tipo de moda es el más añorado por el público mexicano, las razones son muy simples, moda barata y accesible.