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El proyecto que preserva textiles oaxaqueños y ahora colabora con Dior

Por Christin Parcerisa

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Moda |Entrevista

Créditos: Ximena Del Valle. Cortesía Dior.

México - En 1990 Remigio Mestas inició un proyecto enfocado en dignificar los textiles de los pueblos originarios de Oaxaca. Ahora, se convierte en uno de los grupos de artesanos que trabajaron de la mano de Dior para crear la colección inspirada en la riqueza de México, Dior Crucero 2024.

“Yo en 1990 tenía 12 años y me acababa de integrar en el arte popular. Entonces me di cuenta de que el textil de los pueblos originarios era menospreciado por la gente que vive en la ciudad. Saber que el textil de los pueblos no era valorado y era considerado como la ropa de los indios o de los hippies me dio un poco de tristeza. Especialmente, siendo de la comunidad de la Sierra Norte de Oaxaca, de un pueblo que se llama Villa Hidalgo Yalalag, y porque mi madre era tejedora”, cuenta Remigio en entrevista con FashionUnited.

Es entonces que Remigio reflexionó y comenzó a abrir su mirada a otros sitios con una rica cultura textil, como Guatemala, y notó que hay proyectos culturales y proyectos lucrativos, por lo que se preguntó qué podría pasar con el textil oaxaqueño. Así, decidió hacer algo al respecto. “En 1990 me propuse hacer un proyecto que se llama “Preservación y recuperación del textil de los pueblos originarios de Oaxaca”, comparte. Actualmente el grupo se conforma de más de 400 familias en 42 comunidades en Oaxaca y ocho comunidades en otros estados del país. Además, cuenta con relaciones con artesanos y proveedores en África, Europa, Asia y en el sur de América. Los tejidos que se realizan a través del grupo se encuentran en un punto de venta en Oaxaca, uno en San Miguel de Allende y otro en la Ciudad de México.

Una labor de dignificar el trabajo artesanal

A través del proyecto, Remigio comenzó a investigar colores, hilos, técnicas de tejido en uso y en desuso que hay en Oaxaca, así como las herramientas. Durante una década se dedicó tanto a la investigación como a la realización de piezas tal cual como se usan en las comunidades. De esta forma comenzaron a hacer huipiles apegados a la manera en la lo hacen en las comunidades. Se trató de diez años de recolectar información valiosa que se tenía repartida entre las comunidades. “Nosotros quisimos hacer eso, unir a la preservación y a la recuperación, este es un agregado muy importante de intercambio dentro de los pueblos”.

Créditos: Christian Dior Cruise 2024. YANNIS VLAMOS/DIOR

Remigio cuenta que una de las mayores motivaciones que tuvo para iniciar este proyecto fue la experiencia que vivió cuando acompañaba a su mamá a vender los rebozos que hacía en el telar de cintura. En ocasiones le llegaban a pagar diez veces menos de lo que ella pedía por las piezas, lo cual no representaba el valor de su trabajo, además de que las tiendas tardaban meses en pagarle. Por ello, a través de su proyecto se compromete con las maestras y maestros tejedores y bordadores, hiladores y tintoreros del estado de Oaxaca respetando su trabajo y siendo justos en el pago, tanto en la remuneración como en el tiempo en el que se les paga.

Mezcla de culturas a través del hilo

Durante la segunda década del proyecto, Remigio decidió expandir su alcance más allá de Oaxaca. El emprendedor viajó al Tíbet y descubrió el hilo de seda que hay en Asia. Así es como decide realizar un intercambio cultural entre Oaxaca y otros pueblos alrededor del mundo. “Ya no solamente el intercambio dentro del Estado, dentro de las comunidades, sino ya a nivel global. Y entonces integramos algodón egipcio y la seda de Tíbet, de la India, de Tailandia. Empecé a viajar mucho más y encontré a hermanos de hebras”.

Después de haber experimentado la colaboración entre comunidades oaxaqueñas, Remigio replicó esto con comunidades en el mundo, creando piezas en donde se mezclan distintas culturas, como bordados oaxaqueños en algodón egipcio. “Por ejemplo, el tejido lo hacemos con seda de Tailandia, pero la mano es de una mujer zapoteca. Durante la segunda década del proyecto, yo entendí que las manos prodigiosas tienen que usar hilos de alta calidad”.

En la tercera década del proyecto, que es de 2010 a 2020, Remigio decidió fortalecer aún más las conexiones entre pueblos originarios en México. Al principio trabajó en que las comunidades de Oaxaca se conectaran, y ahora era momento de realizar un intercambio entre comunidades de todo el país. De esta manera, abrió un espacio en la Ciudad de México desde donde se puso en contacto con comunidades en Chiapas, Puebla, Guerrero, Guanajuato, Estado de México y Michoacán. Las piezas resultantes tenían una mezcla derivada de compartir los conocimientos de los distintos pueblos.

Una colaboración de la mano con Dior

Cuando Cirze Mendoza, curadora de El Ropero de Frida y quien investigó posibles colaboradores para la colección de Dior que Maria Grazia Chiuri quería realizar con artesanos mexicanos, vio la labor del grupo con 50 comunidades a lo largo y ancho del país acercó a la marca parisina al proyecto de Remigio para buscar una colaboración. Así, analizaron las piezas y escogieron con quiénes colaborar para realizar la colección.

La colaboración tenía como punto de partida el respeto a la identidad de la comunidad, la cual se refleja en sus textiles, como el huipil con iconografía de colibríes. ”La iconografía es patrimonio de la comunidad. Porque yo soy promotor, pero también protector”, comparte Remigio. De esta manera no sólo se acordó un precio justo, sino que se le diera crédito a la comunidad, al maestro tejedor y al maestro bordador. Otro de los acuerdos con Dior fue el de respetar que se trata de un trabajo artesanal que toma tiempo, por lo que no se podían realizar piezas al por mayor, sino alrededor de cinco piezas en tres meses.

“Mi idea de trabajar con ellos también fue la de que fuesen aliados. Si en los años 80 la gente decía despectivamente que la ropa era para indios, hemos trabajado tres décadas en reivindicar estas piezas. Ahora, hay gente de Oaxaca vistiendo huipiles, también políticos, economistas, artistas, etc. Hay mucha gente que ya empieza a utilizar la indumentaria de los pueblos originarios con respeto. Y me pareció importante participar con María Grazia para que el textil sea tomado en cuenta con la misma calidad con la que es tomada una casa de moda tan importante como Dior”.

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