Gucci, en Milán: tras los pasos de Prada

Madrid – Tal y como estaba previsto, y así lo adelantábamos de manera destacada desde FashionUnited con motivo del arranque, este pasado viernes 12 de enero, de esta nueva edición de la Semana de la Moda Masculina de Milán, era la casa de modas italiana, de ascendencia florentina, Gucci, principal marca en cartera del grupo internacional francés Kering especializado en artículos de lujo, la que se encargaba de inaugurar esta primera edición del certamen de este nuevo año de 2024. Una acción que la célebre casa de modas alcanzaba a llevar a cabo rodeada de la máxima expectación, en lo que resultaba ser el debut sobre la pasarela de la primera colección masculina que ha llegado firmada por Sabato De Sarno, quien se oficializaba como el nuevo director creativo de la casa el pasado mes de septiembre desde el desfile de presentación de su primera colección de mujer para Gucci.

En lo que ya de antemano se presumía como uno de los principales platos fuertes de esta edición de la Semana de la Moda Masculina de Milán, todos los ojos de la industria mantenían fija su mirada sobre la capital de la Lombardía, con la decidida intención de analizar, en su más mínimo detalle, la que iba a resultar ser la primera colección masculina completa de De Sarno para Gucci, y la segunda tan solo que alcanzaría a ver la luz desde el anuncio del diseñador napolitano como nuevo director creativo de la casa, acontecido en enero de 2023. Cerca de un año así pues el que ha terminado pasando desde que De Sarno fuera ungido como nuevo responsable al frente del departamento creativo de Gucci, en sustitución de Alessandro Michele, hasta que se ha terminado llevando a cabo la presentación de esta primera colección de moda masculina firmada por el diseñador para la casa, y sobre la que el interés y la curiosidad se mantenían al alza, a la espera de saber en qué medida llegaría para fijar o corregir algunos de los decididos cambios sobre el universo creativo que ya se hicieron más que palpables desde la presentación de aquella primera colección de mujer presentada a finales del pasado mes de septiembre.

Fue la de entonces una propuesta sobre la que, desde estas mismas páginas, ya apuntábamos y señalábamos que De Sarno descubría su firme intención de empujar y echar a Gucci en brazos de esa nueva tendencia que ha pasado a denominarse popularmente como “lujo silencioso”. Una catalogación en torno a la que podemos reunir a aquellas firmas de moda que tratan de componer una completa oferta de indumentaria, para desde el día hasta la noche, con la capacidad de amoldarse a cualquiera de las necesidades, reales, de los consumidores para su día a día, apostando para ello por diseños donde sus logotipos y patrones más característicos de sus distintas marcas pasan a disponerse en un segundo plano, haciendo primar en contraposición tanto a la artesanía de sus procesos, como a la calidad de los materiales y de las materias primas empleadas para la confección de sus piezas. Máximas todas ellas que son las que De Sarno ha querido imprimir a esta nueva era a la que se ha abierto Gucci bajo su dirección creativa, como demostraba con su primera colección de mujer, y ha reiterado ahora con esta primera colección para hombre.

Con Prada como un referente de la nueva “Gucci”

Sin desviarse así ni un ápice de esa intención de armar una completa propuesta “silenciosa” para la “vida real”, la gran sorpresa de esta segunda colección de De Sarno como director creativo de Gucci, llegaba justamente de la no sorpresa que terminaron por descubrir en Milán las distintas piezas que integran la propuesta. Una colección que se terminó por posicionar así como un fiel reflejo y punto y seguido de la colección de mujer presentada el pasado mes de septiembre, de la que ha pasado a conservar tanto su título de “Ancora” (Todavía), como las líneas generales de sus patrones y, haciéndolo todo todavía aún más visible, su estudiadísima paleta cromática, dominada por esos mismos grises, verdes limas y rojos “ancora” que están ya llamados a dominar nuestros armarios, de cara a la próxima temporada Primavera/Verano SS24, en el caso de mujer, y de Otoño/Invierno FW24, para el de los hombres. Una disonancia en cuanto a temporadas, dado que lo habitual habría sido el de hacer combinar si acaso las propuestas femenina y masculina para bien la misma temporada de Primavera/Verano o la misma de Otoño/Invierno, que, lejos de resultar gratuita, llegaría igualmente para subrayar el marcado carácter atemporal, de lujo atemporal, al que aspiran desde Kering, de la mano de De Sarno, a empujar y a consolidar a Gucci.

Como un más que claro referente del modelo de negocio al que aspira a llevarse ahora a Gucci, se nos presenta más clara que nunca la igualmente italiana Prada. Una firme y clara referente en lo que a lujo silencioso se refiere, y casa desde la que nunca han recurrido de manera especial a “bañar” sus diseños con logotipos ni patrones con el nombre o con las siglas de la marca, y desde la que igualmente se ha venido sosteniendo un particular gusto por la práctica de poner a dialogar y por establecer un claro mimetismo entres su colecciones de moda masculina y de moda femenina. Un ejercicio este sobre el que, para el caso de Prada, lo habitual sí ha sido por su parte ejercerlo desde la colección masculina —la primera de una nueva temporada que se presenta— hacia la femenina, manteniéndose así en ese diálogo de un mismo discurso, sin diferencias de género, para una misma temporada, bien de Primavera/Verano o de Otoño/Invierno, y ejercicio sobre el que ahora desde Gucci es cierto que dan un cierto giro, agudizándolo con esa atemporalidad que les confiera el mantenerlo al margen del cierre de temporadas. Una cuestión que será cuanto menos interesante el averiguar de qué manera consiguen no desvirtuarla, dado que el color ha sido siempre una cuestión capital para la hora de abordar de manera distinta el diseño de una colección de Primavera/Verano y de Otoño/Invierno, como ya demostraron parte de las críticas vertidas sobre la colección de mujer de Gucci para Primavera/Verano de 2024, por la utilización de esta misma paleta cromática, entendida como más propia para una colección de Otoño/Invierno como la que Gucci acaba de presentar ahora en Milán.

Junto a esta apuesta, a imitación de Prada, por la concordancia de sus propuestas para hombre y mujer, sobre la que, como ya indicamos, habrá que esperar para ver si se mantiene o solamente se ha decidido a impartirla como resultado de una suerte de “colecciones manifiesto”, el otro gran punto de paralelismo entre el modelo de negocio de Prada y el que se está persiguiendo instaurar como base del de Gucci, está en la misma naturaleza de las prendas y de los complementos de las colecciones. Unas piezas para las que desde Gucci, y desde Kering naturalmente, se ha puesto el foco en tratar de trascender desde el ámbito de las prendas para “ocasiones especiales” que se habían instaurado como base del modelo de negocio de la firma durante la etapa bajo la dirección de Alessandro Michele, hasta el ámbito de la moda cotidiana y de diario, en el que Prada reina tras haber logrado convertir en auténtico objeto de deseo a sus camisetas básicas de algodón de tirantes, con chapa con el logotipo de la marca en el pecho, con un precio de venta marcado a 750 euros. Un cambio de registro con el que, de triunfar, desde Gucci, y desde Kering, confiarían en terminar de destapar todo el potencial de la firma, devolviéndola a la senda del crecimiento tras los registros en máximo, y “de techo”, alcanzados durante la última etapa bajo la dirección de Michele, y todo ello además de la mano de una oferta más versátil, y por tanto dirigida a un mayor público, y de prendas de una mayor “usabilidad”, y por tanto con potencial para ser utilizadas, gastadas y sustituidas.

Una colección del día a la noche, en grises, verdes limas y rojos “ancora”

Contando así pues con toda esta suma de factores a bien tener en cuenta y consideración, la nueva colección “Gucci Ancora” de moda masculina diseñada por De Sarno, se terminaba por descubrir así, en línea con lo ya señalado, con un fiel reflejo, en clave de moda hombre, de la colección femenina presentada a modo de colección de debut el pasado mes de septiembre. Contando como principales características por mantenerse fiel a esa contenida paleta cromática de grises, verdes limas y rojos “ancora”, sobre los que en esta ocasión De Sarno ha terminado añadiendo un plus de sofisticación a la propuesta, mediante prendas recubiertas de hilos y fibras iridiscentes en detalles tanto plateados como en dorado. Elementos que adquirieron un especial protagonismo, al igual que los patrones en estampado “monogram” y, como no y una vez más, esa reluciente piel acharolada trabajada en ese atractivo rojo “ancora” que está llamado a dominar nuestros armarios durante estas próximas temporadas.

De la mano de unos “total looks” de marcada estética minimalista que se terminaban de completar con gargantillas “maxi” metálicas de eslabones y con nuevo y original diseño de corbata, con enganche y a modo de faldón de un “carré” de seda, como piezas clave de la colección bien podemos apuntar a los trajes sastre de chaqueta cruzada y pliegues en efecto “costillas”; a las distintas, y cuidadísimas, cazadoras de cuero; a los diferentes conjuntos en acabado “monogram”; a las chaquetas tipo bomber; a los distintos abrigos largos y cortes de formas arquitectónicas; y, cómo no, a las distintas camisas básicas y de tirantes, elevadas de categoría de la mano de sus acabados recubiertos de un sinfín de cristales iridiscentes. Mismo motivo que encontraremos cubriendo desde a abrigos a chaquetas, en una colección pensada e ideada para ser vivida, en la que el cuero vuelve a ocupar una posición central, como referente del “saber hacer” histórico del legado de la casa Gucci.

Se trata esta de “una historia sobre la alegría de vivir, la pasión, la humanidad, las personas, la vida real, el glamour irreverente, la provocación, la confianza, la sencillez y los sentimientos y emociones inmediatos”; una historia que cobra vida de la mano de una colección, que “se centra en un tipo específico de arte: el de las palabras que se expresan” a través de “imágenes y espacios”, explica el mismo De Sarno desde la nota hecha pública con motivo de la presentación de esta colección. Es “una historia de riqueza y deseo, de rojo pero también de azul y verde, de destello, espontaneidad y luz, de una fiesta bajo los primeros rayos del sol”. “Es una historia”, que es la historia de Gucci, “que no se esconde, por la que sentir orgullo, que es manifiesta y no un tabú aunque pueda pensarse que debería serlo. Es completamente liberadora y rebosa euforia. Es una historia de personas fabulosas y diversas. Es un banco de imágenes de individuos increíbles de todas las edades y que es inclusiva, ya que cualquiera es bienvenido. Es una historia de películas, de mi amada Italia, de intelectuales y de viajes por todo el mundo, pero que te lleva a sentirse en casa allá donde cada uno esté”. “Una historia de objetos brillantes y fríos al tacto pero que llenan de calidez el corazón y el alma, de esos que se coleccionan, pero no en museos, sino como parte de la vida cotidiana”, apunta De Sarno, enfatizado así esa característica de una colección “para ser vivida”, y vestida, sobre la que hacíamos hincapié. “Es una historia de música y salidas nocturnas, de sudor, baile y canto”, y a su vez “es una historia de familia, de besos, de muchos besos”. “Es una historia, de nuevo, sobre todo” lo que hay en el mundo, “pero esta vez a través de la alegría”.