Minimalismo y creación artesanal inauguraron la semana de la moda en México
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Una oda a las manos, al trabajo artesanal y a la naturaleza. Así fue la presentación inaugural de la edición 30 de Mercedes-Benz Fashion Week México, la cual corrió a cargo de Julia y Renata en la Destilería Abasolo en Jilotepec, Estado de México.
A pesar de que la dupla jalisciense ya se había presentado en esta plataforma en la ciudad de Puebla en agosto, como parte de la antesala que recorrió la República Méxicana antes de llegar a esta fecha, Julia y Renada volvieron a recorrer la pasarela mostrando ahora una segunda fase de su colección. De nombre Manos Libres 2, esta es la colección que complementa la presentada en el museo del Barroco.
Aunque mantienen la inspiración, la diferencia fue que en lugar de los llamativos estampados y mezcla de colores que dominaron las prendas en la primera presentación, ahora se encaminaron hacia la sencillez tanto en la prenda como en los colores, evitando los estampados y favoreciendo la neutralidad del negro y el blanco. A diferencia de la primera entrega, las piezas son descritas por las diseñadoras como acromáticas.
De acuerdo con la marca, para esta segunda entrega de Manos Libres continúan con “la exploración del uso de las manos como herramienta y motor en el proceso de creación.” Las manos que crean son las protagonistas de la colección y en este caso incluso les rinden tributo en la manera en la que crearon las prendas, ya que la mayoría fueron modeladas a mano libre sobre maniquí.
Siluetas en busca de arte
Los materiales que predominaron fueron el mikado de seda, el lino, la lana y la gasa de seda. Las diseñadoras expresaron que al usar estos materiales buscaban preservar las características naturales de rigidez, fluidez y translucidez en los mismos.
Las siluetas minimalistas que distinguen a la marca se mantuvieron en prendas amplias como túnicas, camisas y pantalones amplios y vestidos cortos. Dentro de los cortes destacaron los escotes pronunciados, las figuras asimétricas y las mangas abullonadas. Los detalles, en lugar de colores, aplicaciones o estampados, los lograron con la misma tela a través de drapeados, dobleces, capas y cintas.
El concepto de exaltar lo natural también se trasladó al calzado. En colaboración con el taller oaxaqueño Baku Artesanal — como también se hizo en la primera entrega — las modelos portaron sandalias puntiagudas en pieles de animales de consumo teñidas con tintes naturales.
La joyería que se lució en el desfile también fue una colaboración, en esta ocasión con Ricardo Peiro quien creó piezas grandes y llamativas con formas orgánicas manipuladas en bloques de plata con baño de oro.